Los archivos de Guantánamo: Website Extras (5) - Fuga a Pakistán (Los yemeníes)
12 de octubre de 2008
Andy Worthington
Este artículo se publicó originalmente el 12 de octubre de 2008. Para obtener
información actualizada, consulte los enlaces (por nombre y número de preso) de
mi
lista definitiva de presos de Guantánamo en cuatro partes, actualizada por
última vez el 25 de abril de 2012.
Capítulo 6 de The Guantánamo
Files: The Stories of the 774 Detainees in America's Illegal Prison
(publicado por Pluto Press/the University of Michigan Press) narra las
historias de 29 presos saudíes y ocho yemeníes capturados en Pakistán, tras
cruzar la frontera desde Afganistán, durante un frenético periodo a mediados de
diciembre de 2001, cuando se capturó a casi un tercio de la población total de Guantánamo.
Además de los prisioneros analizados en el capítulo 6, también fueron capturados en esa época otros 23 saudíes, 21
yemeníes y un afgano de origen saudí. Para que estos capítulos adicionales
resultaran manejables, las historias de los saudíes (y del afgano saudí) se
examinaron en el capítulo
adicional anterior, y las de los yemeníes se analizan aquí.
A diferencia de los saudíes, que fueron liberados en su mayoría de Guantánamo en 2006 y 2007, después de que el
gobierno saudí promoviera un programa de rehabilitación -que incluía reciclaje
religioso y ayuda para encontrar esposa y empleo- que contó con la aprobación
de las autoridades estadounidenses, pocos de los yemeníes han sido liberados, a
pesar de que, como los saudíes, eran, en su mayoría, una mezcla de trabajadores
humanitarios y misioneros, atrapados en una redada no discriminatoria, y
soldados de infantería talibanes. Reclutados en sus países de origen para
ayudar a los talibanes a establecer un "Estado islámico puro"
derrotando a sus rivales musulmanes de la Alianza del Norte, estos soldados de
infantería tenían poco o ningún conocimiento de Al Qaeda y ninguna implicación
en los atentados del 11-S ni en ninguna otra actividad terrorista.
En el momento de redactar este informe, había indicios de un deshielo en el largo impasse diplomático entre los
gobiernos de Estados Unidos y Yemen en relación con el destino de los presos,
cuya detención en masa sigue siendo uno de los principales escollos en los
esfuerzos de la administración por reducir la población de Guantánamo. Hasta la
fecha, esto se ha llevado a cabo en gran medida mediante un programa constante
y casi imperceptible de liberaciones destinado a evitar que los observadores se
centren en el miserable fracaso que ha resultado ser toda la prisión de la
"Guerra contra el Terror".
Durante una visita a Yemen en septiembre, el subsecretario de Defensa estadounidense, Michael Vickers, aparentemente
discutió la cooperación con el gobierno yemení para establecer una instalación,
siguiendo el modelo del proyecto de rehabilitación saudí, para recibir a los
prisioneros liberados, lo que, como lo describió el Wall
Street Journal, podría superar las preocupaciones de Estados Unidos de
que los yemeníes "no serán supervisados adecuadamente si son enviados a
casa." En un correo electrónico, el comandante de la Armada J.D. Gordon,
portavoz del Pentágono, declaró que el Pentágono era "optimista" sobre
la posibilidad de alcanzar un acuerdo con Yemen, y el Journal también
informó de que el Pentágono había dicho que el "diálogo constructivo"
estaba en curso. Sin embargo, llamaba la atención que el gobierno
estadounidense no hiciera ninguna afirmación audaz en público y que el
presidente yemení, Ali Abdullah Saleh, guardara silencio sobre el asunto.
Varios centenares de prisioneros -incluida la mayoría de los que se analizan en este capítulo adicional- se negaron a
participar en los CSRT y en las Juntas Administrativas de Revisión (ARB)
anuales que les siguieron, pero de las acusaciones contra ellos que figuran en
sus "Resúmenes de Pruebas No Clasificados"está claro que muy pocos de
ellos tenían supuestamente relación alguna con Al Qaeda y que, en esencia,
todos son prisioneros de guerra, privados de los derechos que les confieren los
Convenios de Ginebra y trasladados a medio mundo para ser encarcelados como
"terroristas".
Soldados de infantería (y cocineros) en una guerra civil intermusulmana
(a) Liberado de Guantánamo/h3>
Cinco de estos hombres se encuentran entre los 13 yemeníes -de un total de 108- que han sido liberados de Guantánamo. El
primero en ser liberado fue Othman al-Omairah, que tenía 28 años cuando fue
capturado. Aunque figuraba en la lista del Pentágono como yemení, fue uno de
los 14 presos liberados por las autoridades saudíes en junio de 2006. En la
delgada serie de acusaciones de su sumario desclasificado, se afirmaba que
respondió a una fatwa y viajó a Afganistán con un pasaporte falsificado,
facilitó un nombre falso cuando fue capturado y se entrenó durante un mes,
entre octubre y noviembre de 2001, en al-Farouq (un campamento establecido por
el señor de la guerra afgano Abdul Rasul Sayyaf a principios de la década de
1990, pero asociado con Osama bin Laden en los años anteriores al 11-S). Cabe
destacar que esta última alegación era imposible, ya que al-Farouq cerró
después del 11-S.
Poco se sabe del segundo hombre, Mohammed al-Asadi, que fue uno de los seis presos transferidos a la custodia yemení en
diciembre de 2006 (y el único de los seis que recibió el visto bueno de las
autoridades estadounidenses para su liberación inmediata). De 22 años en el
momento de su captura, al-Asadi fue acusado de viajar a Afganistán en marzo de
2001 "para luchar en la yihad", servir como guardia en un centro
talibán y combatir durante mes y medio con un grupo talibán formado
principalmente por paquistaníes.
En respuesta, habiendo aceptado asistir a su audiencia para hacer una declaración, procedió a decir: "No deseo hacer
una declaración porque no tiene sentido hacer una declaración ni
defenderme". Y añadió: "Tengo muchas declaraciones y pruebas e
información que podría presentar, pero no sirve de nada presentarlas porque
ustedes tienen información clasificada que yo no puedo ver ni mirar para
defenderme de ellas. No tiene sentido que diga nada". Tras esta sucinta
demolición de la parcialidad intrínseca de los tribunales, dijo: "No tengo
ninguna respuesta" a todas las acusaciones del Resumen No Clasificado, y
se dejó que su Representante Personal (el funcionario militar asignado a los
presos en lugar de un abogado) declarara que había sido "muy
cooperativo" y había "mostrado muy buen comportamiento" durante
sus entrevistas previas al CSRT, que había declarado que nunca había luchado contra
Estados Unidos y que deseaba señalar que "estuvo con los talibanes antes
de que lucharan contra Estados Unidos o la Alianza del Norte".
Un tercer hombre, Ali Mohsen Salih, fue uno de los cuatro prisioneros transferidos a custodia yemení en junio de 2007. Con
tan sólo 21 años en el momento de su captura, Salih parece ser uno de los
varios jóvenes reclutados para la yihad por Ibrahim Baalawi (también conocido
como Abu Khulud), que al parecer había escapado de Tora Bora (véase el capítulo
4) y que sin duda habría sido una captura mucho mayor que cualquiera de los
soldados de infantería acorralados por las autoridades paquistaníes en su
lugar. Baalawi, un facilitador que había pasado un tiempo en Afganistán, donde
había prestado bayat (juramento de lealtad) a Osama bin Laden, no fue
mencionado por su nombre en el caso de Salih, pero es muy posible que
desempeñara un papel en su reclutamiento. En el juicio de Salih, en el que se
le acusó de entrenarse en Al Farouq y de combatir con los talibanes en el frente
de Bagram, declaró que en realidad había viajado a Afganistán porque había oído
que los talibanes "proporcionarían un hogar a quienes decidieran vivir allí".

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En Guantánamo, fue uno de los cerca de 200 presos que participaron en una huelga
de hambre en la segunda mitad de 2005 para protestar por las condiciones en las
que estaban recluidos. Aunque pesaba sólo 139 libras cuando llegó a Guantánamo
en 2002, en un momento dado de diciembre de 2005 su peso descendió a sólo 107
libras, y fue alimentado a la fuerza diariamente desde finales de octubre de
2005 hasta finales de enero de 2006, cuando las autoridades pusieron fin a la
huelga tras recibir varias sillas de inmovilización, a pesar de que es ilegal
alimentar a la fuerza a presos competentes.
El cuarto hombre liberado, Hani al-Shulan, que tenía 22 años cuando fue aprehendido, también fue puesto en libertad en
junio de 2007. Aunque en un principio dijo que era un estudiante que había ido
a Afganistán a buscar trabajo y ahorrar dinero, después de que un jeque de su
mezquita local le hablara de las posibilidades, y que posteriormente encontró
trabajo como ayudante de cocinero al norte de Kabul, más tarde se supo que,
tras llegar a Afganistán en julio de 2001, pasó dos meses cocinando para los
talibanes, y "declaró que su trabajo consistía en preparar comida que
luego se transportaba a los soldados que luchaban en el frente". Insistió
en que nunca había levantado las armas y que "no le importaba 'trabajar'
para los talibanes, pero no quería luchar", y también explicó que, si la
fatwa a la que respondió "hubiera incluido luchar contra los
estadounidenses, no habría ido a Afganistán."
El quinto en ser liberado, Ali Mohammed, que tenía 19 años en el momento de su captura, negó en su ARB las acusaciones de
ser un combatiente talibán que participó en operaciones militares contra la
coalición liderada por Estados Unidos, diciendo: "Nunca he disparado una
bala en mi vida". Afirmó más bien débilmente que fue a Afganistán a
"echar un vistazo para ver cómo estaba la gente", y añadió: "En
mi imaginación pensaba que iba a ver muchos centros con muchos guardias dentro
y que vería a muchos musulmanes. Averiguaría cómo rendían culto los musulmanes
y qué hacían". Sin embargo, admitió haber asistido a un campo de entrenamiento
durante 40-45 días y también admitió que había trabajado para los talibanes,
aunque sólo en las cocinas o como guardia detrás de las líneas del frente.
Mohammed fue puesto en libertad en septiembre de 2007, pero había estado a punto de abandonar la prisión en mayo
de 2006. Como informó el Washington Post en julio de 2007, "La noticia
llegó en mayo de 2006: Ali Mohammed Nasser Mohammed, un joven yemení de 24
años, delgado, con pelo negro rizado y barba rala, sería liberado de Guantánamo
después de más de cuatro años. Le hicieron un chequeo. Le hicieron una foto y
le tomaron las huellas dactilares. Le tomaron las medidas para la ropa y los
zapatos y le ofrecieron una reunión con la Cruz Roja. Como el Pentágono dijo
escuetamente más tarde en un correo electrónico a sus abogados: 'Se ha aprobado
que su cliente abandone Guantánamo'".
Sin embargo, como explicó su abogada Martha Rayner, "nunca volvió a casa". Aunque nació en Arabia Saudí, las
autoridades saudíes se negaron a aceptarlo de vuelta, porque sus padres son ambos
yemeníes. Como explicaba el Post, "según las leyes yemeníes y saudíes, es
yemení, en virtud de la ciudadanía de sus padres". Ali Mohammed tardó
otros 16 meses de disputas diplomáticas -y una visita de sus abogados a Yemen-
en ser liberado, pero al final tuvo más suerte que otros presos yemeníes, que
siguen languideciendo en Guantánamo, a pesar de que hace varios años que se
autorizó su liberación.
(b) Excarcelados pero recluidos
Inexplicablemente, al menos otros dos soldados de infantería han permanecido en la prisión mientras que otros
yemeníes han sido puestos en libertad, a pesar de haber recibido autorización
para salir. El primero de ellos, Ali Yahya al-Raimi, que sólo tenía 18 años en
el momento de su captura, contó una de las historias de reclutamiento más
extrañas de todas. Explicó que no quería ir a Afganistán, porque tenía trabajo
en un restaurante de Yemen, pero dijo que sus padres, que vivían en Afganistán,
le obligaron a viajar para visitarlos. Añadió que, una vez allí, su padre y su
hermano le dijeron que sólo podría regresar a Yemen si aceptaba asistir a
al-Farouq durante dos meses de entrenamiento.
Al-Raimi dijo que enfermó en el campamento, fue a una clínica de Kabul y luego regresó para reanudar el entrenamiento, pero
añadió que esto ocurrió cuatro días antes del 11-S, tras lo cual "el
entrenamiento se detuvo y el campamento se cerró." Tras el inicio de la
invasión liderada por Estados Unidos, dijo que no pudo ponerse en contacto con
su familia, que tenía su pasaporte, por lo que cruzó las montañas con unos
amigos y estuvo en Pakistán unos días antes de ser detenido en un coche por
soldados paquistaníes. "Mis amigos no tuvieron problemas porque tenían sus
pasaportes, visados y dinero", explicó. "Pero como yo no tenía nada de
eso, me dijeron que lo mejor que podía hacer era ir a la embajada y entregarme.
Eso es lo que pensaba hacer cuando me capturaron. Me capturaron antes de que
llegara a la embajada".
En Guantánamo, al-Raimi, al igual que Ali Mohsen Salih, participó en una huelga de hambre, aunque no hay pruebas de que
participara en la huelga general de 2005. Sin embargo, en junio de 2003,
durante una de las otras huelgas de hambre que tuvieron lugar en la prisión, su
peso, que había sido de 130 libras (9 stone 4 pounds) a su llegada a Guantánamo,
descendió a sólo 100 libras (7 stone 2 pounds). También es uno de los cuatro
presos yemeníes que han denunciado ante su abogado, Douglas Cox, de Allen &
Overy, que, según la descripción de Cox, "el personal médico de Guantánamo
está infringiendo las normas éticas estatales, federales e internacionales al
participar en interrogatorios y malos tratos a los detenidos y al compartir los
historiales médicos de los detenidos con los interrogadores, lo que permite a
éstos utilizar estos conocimientos para coaccionar o amenazar a los
detenidos." En una entrevista con sus abogados, Al Raimi dijo: "Aquí
el tratamiento médico está vinculado a la cooperación con los interrogadores.
Le pedí al médico varias veces que me diera asistencia médica, pero los médicos
me dijeron que, a menos que hablara con los interrogadores, no me darían ayuda."
También se autorizó la puesta en libertad de Muhammad bin Salem, que tenía 27 años en el momento de su captura. En el
resumen no clasificado de las pruebas presentadas ante el CSRT, en el que se
exponen las acusaciones contra él, especialmente escasas, se afirma que viajó
de Yemen a Afganistán en julio de 2001 y recibió adiestramiento en Al Farouq.
Llamativamente, ni siquiera se le acusaba de haber participado en combates contra
los talibanes (y mucho menos contra las fuerzas estadounidenses), ya que sólo
se alegaba que "apoyó a al-Qaeda y a las fuerzas talibanes sirviendo como
cocinero en una instalación de descanso y relajación para tropas de primera
línea en Bagram", y que fue capturado por fuerzas paquistaníes tras
retirarse directamente de Bagram a Pakistán.
(c) No ha sido puesto en libertad*.
El primero de los otros cinco supuestos soldados rasos, Fayiz Suleiman, tenía 27 años cuando fue capturado. En el
Resumen no clasificado de pruebas para su CSRT, se afirmaba que había trabajado
para un presunto agente de Al Qaeda en Jeddah (Arabia Saudí), que había viajado
de Yemen a Kabul en una fecha no especificada y que se había entrenado para
fabricar venenos en Kandahar. También se afirmó que era miembro de un grupo de
combate árabe en el frente de los talibanes contra la Alianza del Norte en
Taloqan, en el norte de Afganistán (aunque también se afirmó que trabajaba como
enfermero en Taloqan), y que estuvo en Tora Bora antes de cruzar la frontera
con otros árabes en diciembre de 2001, cuando fue aprehendido y trasladado a
custodia estadounidense.
A lo largo de los años se han ido añadiendo detalles a estas escuetas acusaciones, pero las principales afirmaciones -que
se entrenó para fabricar venenos y que combatió en Taloqan- siguen siendo poco
convincentes. Según la última transcripción disponible, Suleiman "se
identificó como un imán formado en Yeda" y declaró que varios jeques
"frecuentaban sus instalaciones para solicitar dinero para otros países y
para hablar de la yihad". Añadió que la mayoría de las conversaciones de
los jeques "se centraban en Chechenia". Por otra parte, se reveló que
la acusación de "venenos" procedía de una fuente no identificada - interrogada
en condiciones desconocidas - que "identificó" a Suleiman "como
alguien que se entrenaba en el aeropuerto de Kandahar para fabricar
veneno." También era evidente que Suleiman se había negado a reconocer que
había estado en Taloqan, donde otra fuente no identificada le "identificó"
como enfermero, que desempeñaba estas funciones "mientras luchaba contra
la Alianza del Norte." Por si fuera poco, esta fuente también lo situó en
Tora Bora. En respuesta, Suleiman mantuvo que "no había hecho el servicio
militar y no tenía ningún deseo de servir en tal capacidad", declaró que
"nunca fue entrenado en el uso de armas" y "negó cualquier
conexión con Al Qaeda o los talibanes".
Abu Bakr Alahdal, que tenía 22 años cuando fue detenido, fue acusado inicialmente de llegar a Pakistán en mayo de 2001 y
viajar a Afganistán en octubre de 2001, donde, según se dijo, luchó con los
talibanes en Bagram. A lo largo de los años, esta historia también se ha ido
ampliando. Según la última transcripción, Alahdal "se interesó por ir a
Afganistán cuando se enteró de que los talibanes habían destruido las estatuas
idolátricas budistas de Bamiyán (Afganistán)". Según el sumario
desclasificado de pruebas, "sentía que las estatuas eran una afrenta al
islam y debían ser destruidas", y "respetaba a los talibanes por lo
que habían hecho".
Tras localizar a un facilitador en una mezquita de Yemen, que organizó su viaje, al parecer viajó a la oficina de
reclutamiento de los talibanes en Quetta, donde declaró que "quería vivir
en un país verdaderamente islámico" y "se ofreció voluntario para
luchar con los talibanes". Sin embargo, a pesar de ello, su
"solicitud para unirse a la yihad quedó en suspenso", y "un
facilitador afgano" le llevó en su lugar a Afganistán, donde se alojó en
una casa de huéspedes talibán en Kandahar durante cuatro días, en otra casa de
huéspedes en Kabul durante una semana, y en otra casa de huéspedes, regentada
por un norteafricano, en Jalalabad, donde pasó dos semanas "recorriendo el
mercado y la mezquita".
Al parecer, luego se dirigió a Bagram, donde "sirvió como combatiente de las fuerzas árabes talibanes", pero luego
"contrajo malaria y alguna otra enfermedad no identificada" y fue
enviado a un hospital de Kabul, donde pasó dos meses recuperándose. Cuando
"comenzaron los bombardeos aéreos" (tal vez precursores de la toma de
Kabul a mediados de noviembre de 2001), supuestamente "decidió que si iba
a morir, debía volver al frente y morir al servicio de Alá en la batalla".
Aunque luego regresó a Jalalabad, donde "esperó a ser llamado de nuevo al
frente", "después se retiró a un pueblo de las afueras de
Jalalabad", desde donde se dirigió a Pakistán, donde fue entregado por los aldeanos.
En Guantánamo, Alahdal lleva mucho tiempo en huelga de hambre. Aunque a su llegada sólo pesaba 99 libras (7 stone 1 pound),
su peso descendió en un momento dado a sólo 81 libras (5 stone 11 pound), y fue
alimentado a la fuerza diariamente desde finales de agosto de 2005 hasta que
finalizaron los registros de peso hechos públicos en diciembre de 2006, cuando
aún pesaba sólo 101 libras (7 stone 3 pound).
En el caso de Tarek Baada, que tenía 23 años cuando fue capturado, se alegó inicialmente que viajó a Afganistán en junio de
2001 "para entrenarse para la yihad", que entrenó a al-Farouq y que,
a continuación, él y un grupo de combatientes fueron destinados a la tercera
línea, a unos 4 km al sur de la línea del frente, cerca de Kabul. También se
alegó que, tras la caída de Kabul, huyó a Tora Bora, donde fue puesto de guardia.
En los años transcurridos desde entonces, este relato se ha ampliado, pero no se ha añadido nada que indique, de forma
convincente, que Baada era más bien un soldado de infantería. Al parecer, le
convencieron para viajar a Afganistán tras ver vídeos "que retrataban la
lucha yihadista en Chechenia y Bosnia". Pidió permiso a sus padres para ir
a Afganistán, pero se lo denegaron, así que fingió que viajaba a Jordania con
un grupo misionero y partió de todos modos. Aunque las acusaciones de al-Farouq
y Tora Bora se mantienen -y se atribuye a Baada la declaración de que
"tras un mes de entrenamiento, se comunicó a todos los que estaban en el
campamento de al-Farouq que se ponía fin al entrenamiento y se les envió de
vuelta a una casa de huéspedes"-, negó ser miembro de al-Qaeda y,
presumiblemente, se mostró en desacuerdo con dos nuevas acusaciones de fuentes
no identificadas que pretendían pintarlo bajo una luz mucho más prominente. En
la primera, una fuente desconocida afirmaba que "se le consideraba un
hombre importante y alguien leal a un alto cargo de Al Qaeda", y en la
segunda que supuestamente "se le identificaba como alguien cercano a un
facilitador de alto nivel de Al Qaeda" y que, a pesar de todas las
insinuaciones en sentido contrario, "recibía dinero y suministros del
facilitador para viajar a Afganistán".
En Guantánamo, Baada ha sido uno de los huelguistas de hambre más persistentes. Pesaba 121 libras (8 stone 9 pounds) a
su llegada a la prisión, pero en enero de 2006, cuando era uno de los pocos
presos en huelga de hambre que continuaron después de que la huelga de 2005 en
toda la prisión se detuviera en gran medida, pesaba sólo 94 libras (6 stone 10
pounds). En marzo de 2007, cuando se desclasificaron las notas de una reunión
entre el periodista encarcelado de Al Yazira Sami al-Haj y su abogado, Clive
Stafford Smith, de Reprieve, Sami mencionó que Baada era uno de los tres presos
que habían estado en huelga de hambre -y alimentándose a la fuerza- durante el
último año. En el momento de redactar este informe, se desconocía si seguía en
huelga de hambre.
Según el sumario desclasificado de pruebas más reciente, Saeed Hatim, que tenía 25 años en el momento de su captura, dijo
que "nunca había tenido un trabajo de más de seis meses" y que
"dependía económicamente de su padre y de su hermano mayor". Explicó
que fue a Afganistán en la primavera de 2001, porque había "oído que había
mucha justicia en esa parte del mundo" y también porque, como varios otros
que acabaron en Guantánamo, pensó que encontraría una forma de luchar en
Chechenia. Declaró que "se interesó por la guerra de Rusia en Chechenia
porque fue testigo de la opresión en la televisión". Explicando que
"estaba indignado por lo que los rusos estaban haciendo a los
chechenos", "decidió viajar allí para luchar en la yihad junto a sus
hermanos musulmanes".
Hatim admitió haber asistido a al-Farouq pero dijo que pronto abandonó el campo "porque no era lo que
esperaba". Explicó que "fingió tener fiebre diciendo a la gente que
estaba enfermo y necesitaba atención médica", y se quejó de que "los
instructores siempre le gritaban, la comida era horrible y le obligaban a
dormir en el suelo". Añadió que "no le gustaba nada del entrenamiento
y quería dejarlo el primer día". Aunque luego acabó con un grupo de
combatientes árabes cerca de Kabul, describió su experiencia en la retaguardia
como "algo así como relajante", y dijo que de vez en cuando viajaba
al frente para llevar comida a los soldados. Hablando de sus experiencias en
conjunto, dijo que se vio obligado a "dejar de lado por un tiempo su decisión
de luchar en Chechenia", pero que "no quería participar en la guerra
de Afganistán porque era una guerra civil en la que musulmanes luchaban contra
otros musulmanes". Cabe señalar que la apreciación de Hatim sobre
al-Farouq, y su desdén por una guerra en la que unos musulmanes estaban matando
a otros musulmanes, dista mucho de ser la única, y aparece en muchas otras
historias recogidas en The Guantánamo Files.
Al parecer, el último de los soldados rasos, Mashur al-Sabri, viajó a Afganistán en el verano de 2000, vivió en Jalalabad
durante un año y viajó en ocasiones a las líneas talibanes de Bagram y Kabul.
Resulta difícil determinar qué más hizo, no porque no existan acusaciones, sino
porque su fiabilidad es difícil de calibrar. Según diversas fuentes no
identificadas, en mayo de 2001 trabajaba como facilitador para los recién
llegados en dos casas de huéspedes de Kabul, y era "muy conocido y
respetado como administrador en las casas de huéspedes". También se señaló
que "se decía que facilitaba el traslado de armas y otros suministros al
frente de batalla" y, lo más preocupante (o lo más indignante, según se
mire), se le acusó de trabajar para Osama bin Laden. Según las acusaciones no
identificadas, se "creía que había jurado bayat a Osama bin Laden", porque
él y otras personas de su entorno conocían las fechas y rutas de viaje de bin
Laden, y otra "fuente" lo identificó como "miembro de Al
Qaeda", porque "seguía las órdenes de Osama bin Laden para mantener
la casa de huéspedes en funcionamiento".
El cooperante humanitario
Los otros nueve prisioneros capturados en ese momento han mantenido que no eran combatientes (ni estaban afiliados en
modo alguno a los talibanes), aunque ninguno ha sido liberado hasta ahora.
Fadil Hintif, que tenía 32 años cuando fue capturado, había trabajado muchos
años como agricultor en las tierras de su familia, y luego se había trasladado
a Sana'a en busca de trabajo. Allí conoció a un hombre en una mezquita que le
preguntó sobre "ir a Afganistán para ayudar a los afganos pobres".
Según el último sumario desclasificado de pruebas, Hintif "pensó que sería
una oportunidad de hacer algo bueno en memoria de su padre fallecido, así que
le pareció una buena idea". Entonces, al parecer, vendió su coche para
recaudar fondos para su viaje, recibió algo de dinero de su hermano y partió
hacia Afganistán. En Kabul, "empezó a vivir con una persona que antes
enseñaba el Corán en Afganistán", y cuando le preguntó cómo podía ayudar a
los afganos, le dijeron que "podía trabajar con la Media Luna Roja afgana
o ayudar a distribuir alimentos". Decidido a trabajar para la Media Luna
Roja, dijo que viajó con el instructor a la provincia de Logar, al sur de
Kabul, pero interrumpió su labor tras el inicio de la invasión liderada por
Estados Unidos, cuando fue escoltado hasta la frontera con Pakistán. Allí,
dijo, se entregó a la policía paquistaní, que lo llevó a una prisión de
Peshawar. Luego fue trasladado a una prisión más grande en Kohat, y finalmente
fue entregado a los estadounidenses.

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A lo largo de todo su relato, Hintif mantuvo que "no recibió ningún tipo de
entrenamiento en Afganistán" y que "no luchó en Afganistán porque no
estaba convencido de las causas por las que se luchaba". Explicó que
"sentía que los grupos de allí luchaban por el poder, y que no había razón
para luchar en una yihad". Resulta inquietante que, aparte de las vagas
acusaciones sobre las casas de huéspedes en las que se alojó, las únicas
alegaciones que las autoridades estadounidenses han podido presentar contra
Hintif son que su nombre figuraba en un documento "recuperado de una
redada en un piso franco asociado con Al Qaeda en Karachi, Pakistán" (lo
cual no es necesariamente fiable) y una afirmación muy desacreditada de que su
reloj Casio era del mismo modelo que uno utilizado en artefactos explosivos
improvisados "en atentados con bomba vinculados a Al Qaeda y a grupos
terroristas islámicos radicales".
Los misioneros
Tres de los detenidos han mantenido que eran misioneros. Abdul Rahman Muhammad, que sólo tenía 19 años cuando fue capturado,
dijo que inicialmente viajó a Karachi en busca de trabajo, y se quedó tres
meses con un amigo yemení. Después visitó la oficina de los talibanes en
Quetta, en julio o agosto de 2001, "en busca de trabajo como profesor en
Afganistán", pero le dijeron que "no había trabajo en
Afganistán". Tras regresar a Karachi, decidió intentarlo de nuevo, y esta
vez pagó a un guía para que le llevara a Kandahar, donde permaneció en una
madrasa durante diez días. Tras los atentados del 11-S, dijo que "la gente
de la madrasa" le envió a una "conocida casa de talibanes" cerca
de Kabul, y desde allí se dirigió finalmente a la frontera pakistaní, donde fue
aprehendido. Aunque las autoridades estadounidenses presentaron una
impresionante lista de documentos incautados en las redadas, en los que
supuestamente constaban el nombre y los datos de Muhammad, no hay (como en el
caso de Fadil Hintif) forma de saber hasta qué punto son exactos estos
registros, ya que en muchos figuraban supuestos "alias" notoriamente
genéricos. Por su parte, Muhammad "negó haber recibido ningún
[entrenamiento] con armas durante su estancia de un mes en Kabul".
El segundo misionero, Mohammed Khenaina (edad desconocida) dijo que "fue a Afganistán a enseñar el Corán en
árabe", aunque admitió que "en realidad no enseñó el Corán".
Tras alojarse en una casa de huéspedes de Kabul, dijo que se enteró de los
atentados del 11-S y que le "preocupaban las represalias de los
estadounidenses y quería salir de allí". Explicó que el dueño de la casa
le organizó un viaje a Logar y luego a Khost, donde se alojó con un afgano, y
después viajó por las montañas hasta Pakistán con otros cinco árabes y un guía
afgano. Tras unirse a otro grupo de 19 hombres que también huían de Afganistán,
llegó a la frontera, donde fue detenido por las autoridades.
A lo largo de esta historia, la única afirmación de militancia contra Khenaina fue una acusación de que el gerente de
la casa de huéspedes "organizó el transporte de los huéspedes a una zona
de entrenamiento talibán a 35 minutos al norte de Kabul", pero Khenaina
insistió en que "no estaba en Afganistán para participar en la yihad"
y que "no tenía armas mientras estuvo en Afganistán". También condenó
los atentados del 11 de septiembre, y explicó que, si lo ponían en libertad,
"volvería a Yemen y se casaría con una prima prometida y no saldría nunca más".
El tercer misionero, Abdul al-Razzaq Salih, que tenía 28 años cuando fue aprehendido, fue acusado de entrenarse en
al-Farouq, y también fue "identificado", por una fuente desconocida,
como "un yihadista" en Tora Bora, aunque mantuvo que viajó a
Afganistán antes de los atentados del 11-S porque "se sintió obligado a ir
a Afganistán para enseñar el Corán a los afganos". Añadió que "no
estaba formalmente entrenado en el Corán, pero quería ir sólo a recitar lo que
pudiera." En otros informes de su Resumen desclasificado de pruebas,
declaró que un jeque en particular le había dicho que "estaba prohibido
luchar por los talibanes", y que "no le gustaba la violencia y no iba
a luchar en Afganistán, sino que buscaba trabajo enseñando en una mezquita."
En Guantánamo, Salih participó en la huelga de hambre masiva de 2005. Aunque a su llegada a la prisión pesaba unas cómodas
160 libras (11 stone 6 pounds), su peso descendió en dos ocasiones, en
diciembre de 2005 y enero de 2006, a sólo 110 libras (7 stone 12 pounds).
Los turistas
Dos de los detenidos declararon que habían viajado a Afganistán principalmente como turistas islámicos. Sharaf Masud, que
tenía 23 años cuando fue capturado, presentó una declaración para su CSRT en la
que afirmaba que había ido a Afganistán como turista religioso, viajando de
Jalalabad a Kabul porque "quería ver cómo hacían las prácticas islámicas
en distintos lugares de Afganistán". Explicó que "abandonó Kabul
porque los afganos estaban intentando matar árabes en el mercado", tomó un
taxi de vuelta a Jalalabad y luego se unió a un grupo de personas que caminaban
hacia la frontera, donde fue detenido tras pedir que lo llevaran a su embajada.
También concluyó su declaración observando: "Todas las normas en Estados
Unidos y en el mundo, la persona es inocente hasta que se demuestre que es
culpable no inocente. Pero aquí, con los estadounidenses, los detenidos son
culpables hasta que se demuestre su inocencia".
En los años transcurridos desde entonces han aparecido más datos sobre la historia de Masud, que apenas contradicen su
versión inicial. En su último sumario desclasificado de pruebas, se informa de
que viajó a Afganistán "porque oyó que el líder afgano se regía por las
costumbres islámicas" y que apoyaba a los talibanes. Manteniendo que
"no viajó a Afganistán para luchar por los talibanes", declaró que
"no consideraba que la situación en Afganistán fuera una verdadera yihad
porque se trataba de musulmanes contra musulmanes" y que "no le
preocupaba luchar en Afganistán porque se trataba de musulmanes contra
musulmanes y ocurría en el norte del país." Aunque se alegó que un
conocido facilitador organizó su vuelo de Karachi a Quetta y que sus nombres
figuraban en diversos documentos recuperados en redadas en presuntos pisos
francos de Al Qaeda, no hubo acusaciones de que participara en ningún tipo de
combate -sólo afirmaciones de que se alojó en casas de huéspedes de Kandahar,
Kabul y Jalalabad durante cuatro meses- y una ridícula acusación de un
"lugarteniente de alto rango de Al Qaeda", que "señaló que el
detenido le resultaba familiar y que podría tratarse de un tunecino con
conexiones en Italia".
En el caso de Riyad al-Radai (fecha de nacimiento desconocida), se alegó en su CSRT que, tras viajar a Afganistán, fue
"recogido en un coche por un grupo de miembros talibanes y conducido a
Kandahar, donde se alojó en una casa de huéspedes talibán durante dos o tres
meses", y que "admitió que aceptó servir a los talibanes" y fue
destinado al frente durante una semana. También se alegó que admitió haber
trabajado en un hospital de campaña durante seis meses como auxiliar de
enfermería, ayudando a cuidar a combatientes talibanes heridos, pero en
respuesta dijo que en realidad había pasado seis meses como paciente en un
hospital de Kabul.
Cuando su ARB volvió en sí, dijo que "todo lo que aparecía en el sumario desclasificado era una gran mentira y
que Estados Unidos no tenía más remedio que mantenerlo encerrado, ya que
quedaría mal si lo ponían en libertad después de haberlo retenido durante tres
años". Afirmó "repetida y enérgicamente" que le habían
confundido con algún otro preso, y que este error había comenzado en Bagram,
donde, presumiblemente, se establecieron por primera vez las "pruebas"
contra él. También declaró que no sabía que las personas que le habían recogido
en Afganistán eran miembros de los talibanes, y añadió que, aunque se alojó en
una casa de huéspedes, no sabía que estaba gestionada por los talibanes.
También explicó que visitó las líneas de retaguardia (no las del frente) porque
había oído que había un desacuerdo entre los afganos que estaban allí, y
"quería ver si era posible que pudiera prestar ayuda".
En el momento de su segundo ARB, en enero de 2006, esta confusa historia se había vuelto aún menos clara. Al-Radai mantenía
que había "querido averiguar de qué iban realmente los talibanes", y
una de las alegaciones -que tras "ver que los talibanes intentaban servir
al Islam, [él] decidió servir a los talibanes de cualquier forma excepto
luchando"- sonaba vagamente convincente, pero estaba rodeada de otras
numerosas alegaciones que eran patentemente absurdas, relacionadas con su
afirmación anteriormente aireada de que lo habían confundido con otro hombre.
En este ridículo escenario, se afirmaba que al-Radai "utilizó alias adicionales de al-Sharqawi alias al-Hajj, que son
identificables con un facilitador paquistaní". Esto no tenía sentido,
porque el verdadero al-Sharqawi (alias Riad el Facilitador) ya estaba bajo
custodia estadounidense. No obstante, parece probable que de ese error
surgieran otras muchas acusaciones infundadas, como las descabelladas
afirmaciones de que al-Radai "fue identificado como una persona con mucha
experiencia por el largo tiempo que pasó en Camp Farouq y en el frente de
batalla contra la Alianza del Norte", que "enseñó a otros cómo
entrenar a la gente en diversas cosas avanzadas, como tanques y
explosivos","Se le identificó como líder de entre 10 y 15 hombres y
como conductor de una camioneta Toyota que se utilizaba para transportar
suministros al frente", se le identificó en Tora Bora como responsable de
la entrega de alimentos a los combatientes y de la entrega de unos 3.000
dólares al emir", y se le identificó como "uno de los antiguos veteranos
en Afganistán que ejercía de comandante con mucha responsabilidad".
Buscar tratamiento médico
Tres hombres -Khalid al-Qadasi, Adnan Farhan Abdul Latif y Muhammad al-Hamiri- afirmaron que habían salido de Yemen para
recibir tratamiento médico. Poco se sabe de al-Qadasi, que tenía 33 años cuando
fue aprehendido, porque, como explica su sumario desclasificado, "afirma
que está dispuesto a pasar el resto de su vida en prisión y ha declarado
enfáticamente que preferiría morir antes que responder a preguntas." Al parecer,
las autoridades estadounidenses han averiguado que sirvió en el ejército yemení
de joven y que viajó a Afganistán en julio de 2001, pero no tienen mucho más
que demostrar tras casi siete años de encarcelamiento e interrogatorios.
Al-Qadasi ha declarado que "abandonó Yemen para dirigirse a Pakistán con
el fin de recibir tratamiento médico", y también ha dicho que "nunca
tuvo armas en Afganistán, ya que no podía luchar debido a su espalda
dañada", y todo lo que las autoridades han podido aportar como respuesta es
la afirmación de una fuente no identificada de que era un combatiente muyahidín
que llegó a Tora Bora, y otras afirmaciones de que se alojó en una casa de
huéspedes en Kabul y viajó en un camión desde una casa de huéspedes en
Jalalabad hasta Tora Bora.
Adnan Farhan Abdul Latif, de 26 años (identificado por el Pentágono como Ab Aljallil Allal o Allal Ab Aljallil Abd
Al Rahman Abd), declaró que había sufrido una grave lesión en la cabeza en un
accidente de automóvil en 1994 y que había pasado años intentando encontrar
tratamiento médico asequible. Tras ser informado sobre la oficina de atención
médica de un cooperante paquistaní en Afganistán que le atendería, dijo que
viajó a Afganistán en 2001, y explicó que, cuando comenzó la invasión liderada
por Estados Unidos, huyó a la ciudad fronteriza de Khost y luego se dirigió a
Pakistán, donde fue detenido por las fuerzas paquistaníes, junto con otros 30
hombres de aspecto árabe. Contó a su abogado, Marc Falkoff, que más tarde se
enteró de que cada uno de ellos había sido entregado al ejército estadounidense
por una recompensa de 5.000 dólares.
En su tribunal de Guantánamo, Latif pareció desconcertado y refutó lo que creía que era una acusación de que procedía de un
lugar llamado Al Qaeda diciendo: "Soy de la ciudad de Orday, en Yemen, no
de una ciudad de Al Qaeda. Mi ciudad está muy lejos de la ciudad de Al
Qaeda", lo que quizá refuerce su afirmación de que había viajado a
Afganistán para recibir tratamiento por una fractura de cráneo.
Al-Hamiri, que tenía 19 años cuando fue aprehendido, afirmó que "salió de Yemen para recibir tratamiento médico y
fue engañado por un residente británico para ir a Afganistán, donde no hizo
nada durante seis meses". Una fuente -o varias- no identificada afirmó que
se había entrenado en Al Farouq y que había hablado con Osama bin Laden en una
casa de huéspedes de Kabul, pero Al Hamiri negó las acusaciones y sólo admitió
que, en Kabul, se había alojado en casa de alguien que "creía que podía
estar asociado con los talibanes."
Sus comentarios más críticos se vertieron en una declaración que se leyó en su ausencia durante el CSRT, y creo que
constituyen una conclusión adecuada para este capítulo, en el que espero haber
demostrado la inutilidad de encarcelar a cualquiera de estos hombres como
terroristas durante casi siete años. Todos los cargos, dijo, "se
inventaron para retenerle a él y a otros musulmanes en el campo", porque
él "nunca tuvo un arma, nunca la llevó y nunca mató ni a una gallina".
Notas
Al-Omairah (ISN 184): CSRB Set 3, p. 258; al-Asadi (ISN 198): CSRT Conjunto 46, pp. 23-8; Ali Mohsen Salih (ISN 221): ARB
Factors Set 1, pp. 1-2; al-Shulan (ISN 225): CSRT set 31, 20-7; ARB Factors Sep
07 Set 3, pp. 67-9; Mohammed (ISN 172): ARB Set 2, pp. 138-45; al-Raimi (ISN
167): CSRT Conjunto 4, pp. 55-64; bin Salem (ISN 251): CSRB Set 3, p. 84;
Suleiman (ISN 153): CSRB set 3, pp. 143-4; ARB 2 Factors set 3, pp. 26-8;
Alahdal (ISN 171): CSRB Set 3, pp. 228-9; ARB 2 Factors Set 3, pp. 48-51; Baada
(ISN 178): CSRB Set 3, p. 222; ARB 2 Factors Set 3, pp. 59-61; Hatim (ISN 255):
CSRT Set 31, pp. 38-46; ARB 2 Factors Set 5, pp. 8-10; al-Sabri (ISN 324): ARB
2 Factors Set 5, pp. 88-92; Hintif (ISN 259): ARB 2 Factors Set 5, pp. 20-3;
Muhammad (ISN 224): ARB 2 Factors Set 4, pp. 46-8; Khenaina (ISN 254): ARB 2
Factors Set 5, pp. 6-7; Abdul al-Razzaq Salih (ISN 233): ARB 2 Factors Set 4,
pp. 70-1; Masud (ISN 170): CSRT set 39, pp. 14-15; ARB 2 Factors Set 3, pp.
46-7; al-Radai (ISN 256): ARB 2 Factors Set 5, pp. 11-13; al-Qadasi (ISN 163):
ARB 2 Factors Set 3, pp. 41-2; Latif (ISN 156): CSRT Set 8, pp. 85-93; ARB Set
2, pp. 46-58; al-Hamiri (ISN 249): CSRT Set 33, pp. 21-3; ARB 2 Factors Set 4,
pp. 99-100.
*Ésta era la situación tras la segunda ronda de ARB, aunque es posible que se haya aprobado la puesta en libertad de algunos
después de las últimas ARB. Los detalles al respecto aún no se han hecho públicos.
Nota complementaria
Este capítulo en línea se publicó el 12 de octubre de 2008. El 6 de febrero de 2009 se añadió la historia de Adnan Farhan
Abdul Latif (ISN 156).
Abreviaturas utilizadas en las Notas (modificadas en abril de 2012)
"CSRT" y "ARB" se refieren a los Tribunales de Revisión del Estatuto de
Combatiente, que se celebraron en Guantánamo de julio de 2004 a marzo de 2005,
y a la primera ronda de Juntas Administrativas de Revisión (ARB por sus siglas en inglés), revisiones anuales
celebradas a partir de diciembre de 2004. Las transcripciones de estas
audiencias, publicadas por el Pentágono en marzo y abril de 2006, pueden
consultarse aquí. Además de las transcripciones de las audiencias del CSRT y
del ARB, esta página también proporciona acceso a los resúmenes no clasificados
de las pruebas de más de un centenar de audiencias del ARB.
"CSRB" se refiere a las Juntas de Revisión del Estatuto de Combatiente. Estos documentos,
que comprenden los resúmenes no clasificados de las pruebas de 517 de las 558
audiencias de los CSRT, fueron publicados por el Pentágono en 2005 en virtud de
la legislación sobre libertad de información, aunque ya no están en línea. Para
estas transcripciones, he elegido un sistema de numeración similar al utilizado
para las audiencias CSRT y ARB, de modo que, por ejemplo, "Publicación de
marzo de 2005" se convierte en "CSRB Set 3".
"ARB 2" se refiere a la segunda ronda de Juntas Administrativas de Revisión. Las
transcripciones de estas audiencias, publicadas por el Pentágono en septiembre
de 2007 (después de que yo terminara The Guantánamo Files) se pueden
encontrar en la misma página del Pentágono a la que se ha hecho referencia
anteriormente, bajo el título "Administrative Review Board (ARB) Documents
-- Round Two" y el subtítulo "Transcripts and Certain Documents from
Administrative Review Boards (ARB) Round Two (held at Guantánamo in
2006)." También se incluyen los resúmenes no clasificados de todas las
vistas de la segunda ronda de las ARB, bajo el subtítulo "Resúmenes de los
factores de detención y puesta en libertad de la segunda ronda de las Juntas de
Revisión Administrativa (celebradas en Guantánamo)",
a los que se hace referencia en las notas como "factores de la segunda
ronda de las ARB", y debajo de ellos hay documentos muy expurgados en los
que se explican las decisiones relativas a la puesta en libertad o el traslado
de detenidos. También se incluyen enlaces a índices detallados y muy útiles.
Los documentos publicados en septiembre de 2007 también ampliaron la información contenida en
los documentos publicados anteriormente. Esta publicación ya se ha incorporado
a la página del Pentágono a la que se hace referencia más arriba, pero en las
notas anteriores hay referencias a todos los resúmenes desclasificados del
proceso del CSRT (con nombres y números ISN) -de los cuales sólo 517 se habían
publicado anteriormente sin nombres ni números (véase "CSRB" más
arriba)- que se incluyeron en esta publicación de documentos, y las referencias
a estos documentos se etiquetan como "Factores del CSRT". Esta
publicación también incluye todos los resúmenes no clasificados de la primera
ronda de ARB, en lugar del número limitado publicado en 2006 (véase "ARB
Factors" más arriba), y las referencias a estos documentos en las Notas se
etiquetan como "ARB Factors Sep 07." También se incluyen documentos
muy expurgados en los que se explican las decisiones relativas a la puesta en
libertad o el traslado de detenidos.
"ISN" se refiere a "Internment Serial Numbers", el número único asignado a
cada preso en Guantánamo. La lista de los 558 presos (identificados por nombre,
nacionalidad y ISN) que pasaron por el proceso del CSRT puede consultarse aquí.
La lista de 759 presos, incluidos los 201 liberados o trasladados antes de que
comenzara el proceso del CSRT (identificados por nombre, nacionalidad, fecha y
lugar de nacimiento y número de identificación), puede consultarse aquí.
Algunas de las referencias de las Notas no se corresponderán con los expedientes de la página actual del Pentágono sobre
CSRT/ARB, y si éste es el caso, se remite a los lectores al excelente proyecto
del New York Times, The
Guantánamo Docket, donde pueden buscarse todos los documentos sobre CSRT y
ARB utilizando los nombres o los números ISN de los presos.
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E-mail:
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